El purgatorio

CORINTIOS 3:13-15

13 Un día se verá el trabajo de cada uno. Se hará público en el día del juicio, cuando todo sea probado por el fuego. El fuego, pues, probará la obra de cada uno. 14 Si lo que has construido resiste al fuego, serás premiado. 15 Pero si la obra se convierte en cenizas, EL OBRERO TENDRÁ QUE PAGAR. Se salvará, pero como a través del fuego.

1 PEDRO 3,18-20

“Pues también Cristo, para llevarnos a Dios, murió una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, muerto en la carne, vivificado en el espíritu. En el espíritu FUE TAMBIÉN A PREDICAR A LOS ESPÍRITUS ENCARCELADOS, en otro tiempo incrédulos, cuando les esperaba la paciencia de Dios, en los días en que Noé construía el Arca, en la que unos pocos, es decir ocho personas, fueron salvados a través del agua;”

CONFIRMACIÓN (BÍBLICA) DEL PURGATORIO

2 MACABEOS 12

"38 Luego Judas (Macabeo) reunió al ejército y se dirigió hacia la ciudad de Odolam. Como estaba ya próximo el séptimo día de la semana, se purificaron con los ritos de costumbre y celebraron el sábado en aquel lugar.

39 Los hombres de Judas fueron al día siguiente –dado que el tiempo urgía– a recoger los cadáveres de los caídos para sepultarlos con sus parientes, en los sepulcros familiares.

40 Entonces encontraron debajo de las túnicas de cada uno de los muertos objetos consagrados a los ídolos de Iamnia, que la Ley prohíbe tener a los judíos. Así se puso en evidencia para todos que esa era la causa por la que habían caído.

41 Todos bendijeron el proceder del Señor, el justo Juez, que pone de manifiesto las cosas ocultas,

42 e HICIERON ROGATIVAS PIDIENDO QUE EL PECADO COMETIDO QUEDARA COMPLETAMENTE BORRADO. El noble Judas exhortó a la multitud a que se abstuvieran del pecado, ya que ellos habían visto con sus propios ojos lo que había sucedido a los caídos en el combate a causa de su pecado.

43 Y después de haber recolectado entre sus hombres unas dos mil dracmas, las envió a Jerusalén para QUE SE OFRECIERA UN SACRIFICIO POR EL PECADO. El realizó este hermoso y noble gesto CON EL PENSAMIENTO PUESTO EN LA RESURRECCIÓN,

44 porque si no hubiera esperado que los caídos en la batalla iban a resucitar habría sido inútil y superfluo ORAR POR LOS DIFUNTOS.

45 Además, él tenía presente la magnífica recompensa que está reservada a los que mueren piadosamente, y este es un pensamiento santo y piadoso.

46 Por eso, MANDÓ OFRECER EL SACRIFICIO DE EXPIACIÓN POR LOS MUERTOS, PARA QUE FUERAN LIBRADOS DE SUS PECADOS."

Entiendan entonces:

Los caídos (MUERTOS) que debían "resucitar" (debían poder ENTRAR AL CIELO, pero para eso debían librarse de sus pecados).

Judas entendió que esos muertos (que lucharon por Dios) PERO MURIERON POR PORTAR OBJETOS CONSAGRADOS A LOS ÍDOLOS (ellos, muertos y todo, todavía tenían pecados que purgar -uno de esos pecados fue el haber portado objetos de idólatras).

Pero los caídos también habían luchado por la causa de Dios. Por eso debían RECIBIR ORACIONES (Judas ordenó entonces el sacrificio y la oración por esos muertos)

Ese sacrificio y oraciones se hicieron porque FUE EVIDENTE que habían muerto como castigo, por portar objetos consagrados a los ídolos. ENTONCES NO ESTABAN PUROS, NO PODÍAN ENTRAR AL CIELO.

¿DÓNDE ESTABAN ENTONCES?

ESTABAN EN EL "PURGATORIO".

 




El día que el Padre Pío fue visitado por un alma del purgatorio

Estaba rezando a solas cuando un hombre apareció de la nada

El Padre Pío es famoso por sus múltiples experiencias místicas durante la oración, a menudo atravesando el velo celestial desde la tierra. En una de estas experiencias, tuvo un encuentro inesperado con un alma del purgatorio.

Cierto día, mientras rezaba a solas, Padre Pío abrió los ojos y vio a un hombre anciano ante él. Le sorprendió la presencia de otra persona en la habitación puesto que, según su propio testimonio: “No me podía imaginar cómo podría haber entrado en el convento en ese momento de la noche, ya que todas las puertas están bloqueadas”.

Con la intención de desvelar el misterio, Pío preguntó al hombre: “¿Quién eres? ¿Qué quieres?”.

El hombre respondió: “Padre Pío, soy Pietro Di Mauro, hijo de Nicolás, apodado Precoco. Yo morí en este convento el 18 de septiembre de 1908, en la celda número 4, cuando todavía era un asilo de pobres. Una noche, mientras estaba en la cama, me quedé dormido con un cigarro encendido, el cual incendió el colchón y he muerto, asfixiado y quemado. Todavía estoy en el purgatorio. Necesito una Santa Misa con el fin de ser liberado. Dios permitió que yo venga a pedirle su ayuda”.

Pío consoló a la pobre alma diciéndole: “Tenga la seguridad de que mañana celebraré la Santa Misa por su liberación”.

El hombre se marchó y al día siguiente Pío realizó algunas investigaciones, con las que descubrió la veracidad de la historia de un hombre con el mismo nombre que falleció aquel día de 1908. Todo quedó confirmado, así que el Padre Pío celebró una misa por el reposo del alma del anciano.


Esta no fue la única aparición de un alma del purgatorio que pedía las oraciones del Padre Pío. Pío aseguraba: “Más almas de los muertos del purgatorio que de los vivos subían [a este monasterio]”. Muchas veces, las almas solicitaban que se dijera una misa por ellas, destacando la importancia espiritual de la misa y cómo puede reducir el tiempo que una persona pasa en el purgatorio antes de abrazar las glorias del paraíso.

ASI DICE LA PALABRA DE DIOS

 

1 Corintios 3,11-15

11 "Que cuanto al fundamento, nadie puede poner otro sino el que está puesto, que es Jesucristo. 12 Si sobre este fundamento uno edifica con oro, plata, piedras preciosas o maderas, heno, paja, 13 su obra quedará de manifiesto; el día, efectivamente, la manifestará, ya que ha de manifestarse en el fuego, y es este fuego el que probará cuál fue la obra de cada uno. 14 Aquel cuya obra subsista recibirá el premio, 15 y aquel cuya obra sea abrasada sufrirá el daño; él, sin embargo, se salvará, pero como quien pasa por el fuego"

Orígenes, (184-254) Teólogo P. G., XIII, col. 445, 448 Tomado de Enciclopedia Católica, Purgatorio

"Porque si sobre la base de Cristo, haz construido no sólo oro y plata sino piedras preciosas; sino también madera, caña o paja ¿qué es lo que esperas cuando el alma sea separada del cuerpo? ¿Entrarías al cielo con tu madera y caña y paja y de este modo manchar el reino de Dios? ¿O en razón de estos obstáculos podrías quedarte sin recibir premio por tu oro y plata y piedras preciosas? Ninguno de estos casos es justo. Queda entonces, que serás sometido al fuego que quemará los materiales livianos; para nuestro Dios, a aquellos que pueden comprender las cosas del cielo está llamado el fuego purificador. Pero este fuego no consume a la creatura, sino lo que ella ha construido, madera, caña o paja. Es manifiesto que el fuego destruye la madera de nuestras trasgresiones y luego nos devuelve con el premio de nuestras grandes obras.”

San Clemente de Alejandría (150-215), Teólogo- Los Stromata (Στρωματεις) IV,14 y VIII, 6

“El creyente a través de gran disciplina se despoja de sus pasiones y pasa a la mansión mejor que la anterior, pasa por el mayor de los tormentos tomando sobre sí el arrepentimiento de las faltas que pudiera haber cometido después de su bautismo. Es torturado entonces todavía más al ver que no ha logrado lo que otros ya han adquirido. Los mayores tormentos son asignados al creyente porque la Justicia de Dios es buena y su bondad es justa y, estos castigos completan el curso de la expiación y purificación de cada uno. Pero nosotros decimos que el fuego santifica no la carne, sino las almas pecadoras; refiriéndose no al fuego vulgar sino al de la sabiduría, que penetra el alma que pasa por el fuego”

San Cipriano de Cártago (200-258) Obispo y Mártir , Epístola 51,20 Para Antoniano acerca del Papa Cornelio y Novaciano- Purgatorio

“Una cosa es pedir perdón, otra cosa alcanzar la gloria. Una cosa es estar prisionero sin poder salir hasta que haya sido pagado el último centavo y otra recibir al mismo tiempo el salario de la fe y el valor. Una cosa es ser torturado con el largo sufrimiento por los pecados, para ser limpiado y completamente purgado por el fuego, otra es haber sido purgado de todos los pecados por el sufrimiento. Una cosa es estar en suspenso hasta la sentencia de Dios en el Día del Juicio, otra ser coronado por el Señor”

Lactancio (250-325) Instituciones Divinas, VII,21-Purgatorio

“Pero cuando él juzgue a los justos, él también los probará con fuego. Entonces aquellos cuyos pecados excedan en peso o número, serán chamuscados por el fuego y quemados, pero aquellos a quienes la justicia y plena madurez de la virtud ha imbuido no percibirán ese fuego, porque ellos tienen algo de Dios en ellos mismos que repele y rechaza la violencia de la flama"

San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia-Purgatorio- Enarraciones sobre los Salmos, 37,3

“Señor, no me arguyas en tu indignación. No me halle entre aquellos a quienes has de decir: id al fuego eterno que está preparado para el diablo y sus ángeles. Ni me corrijas en tu furor, sino purifícame en esta vida y vuélveme tal que ya no necesite de fuego corrector, atendiendo a los que han de salvarse, aunque, no obstante, como a través del fuego. ¿Por qué acontece esto si no es porque edifican aquí sobre el cimiento, leña, paja, heno? Si hubiesen edificado sobre el oro, plata, piedras preciosas, estarían libres de ambas clases de fuego, no sólo de aquel eterno, que ha de atormentar para siempre los impíos, sino también de aquel que corregirá a los que han de salvarse a través del fuego.”

Catecismo de La Iglesia Catolica

1030 Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo.

1031 La Iglesia llama purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al purgatorio sobre todo en los Concilios de Florencia (cf. DS 1304) y de Trento (cf. DS 1820; 1580). La tradición de la Iglesia, haciendo referencia a ciertos textos de la Escritura (por ejemplo 1 Co 3, 15; 1 P 1, 7) habla de un fuego purificador:

«Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que, antes del juicio, existe un fuego purificador, según lo que afirma Aquel que es la Verdad, al decir que si alguno ha pronunciado una blasfemia contra el Espíritu Santo, esto no le será perdonado ni en este siglo, ni en el futuro (Mt 12, 31). En esta frase podemos entender que algunas faltas pueden ser perdonadas en este siglo, pero otras en el siglo futuro (San Gregorio Magno, Dialogi 4, 41, 3).


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