La primera traducción de la Biblia al latín fue
hecha por San Jerónimo y se llamó la "Vulgata" (año 383 AD). El latín
era para entonces el idioma común en el mundo Mediterráneo. San Jerónimo en un
principio tradujo del texto hebreo del canon de Palestina. Por eso no tenía los
libros deuterocanónicos. Esto produjo una polémica entre los cristianos de
aquel tiempo. En defensa de su traducción, San Jerónimo escribió: "Ad
Pachmmachium de optimo genere interpretandi", la cual es el primer tratado
acerca del arte de traducir. Por eso se le considera el padre de esta disciplina.
Ahí explica, entre otras cosas, el motivo por el cual considera mejor traducir
directo del hebreo.
San Jerónimo no rechazó los libros
deuterocanónicos. La Iglesia aceptó su traducción con la inclusión de los
libros deuterocanónicos. Por eso la Biblia Vulgata tiene los 46 libros.
La Iglesia establece el Canon de la Biblia
Es importante entender que la Iglesia fundada por
Cristo precede al Nuevo Testamento. Es la Iglesia la autoridad que establece el
canon de la Biblia y su correcta interpretación y no al revés, como creen
algunos protestantes. Cuando en el N.T. habla de las "Escrituras" se
refiere al A.T. El nombre de "Nuevo Testamento" no se usó hasta el
siglo II.
Con el tiempo, un creciente número de libros se
presentaban como sagrados y causaban controversia. Entre ellos muchos eran de
influencia gnóstica. Por otra parte, algunos, como los seguidores de Marción,
rechazaban libros generalmente reconocidos por los Padres. La Iglesia, con la
autoridad Apostólica que Cristo le dio, definió la lista (canon) de los Libros
Sagrados de la Biblia.
Los concilios de la Iglesia Católica (el Concilio
de Hipo, en el año 393 A.D. y el Concilio de Cartago, en el año 397 y 419 A.D.,
ambos en el norte de África) confirmaron el canon Alejandrino (con 46 libros
para el Antiguo Testamento) y también fijaron el canon del Nuevo Testamento con
27 libros.
Para reconocer los libros del Nuevo Testamento los
Padres utilizaron tres criterios:
1.- Que fuesen escritos por un Apóstol o su
discípulo.
2.- Que se utilizara en la liturgia de las iglesias
Apostólicas. Ej. Roma, Corintio, Jerusalén, Antioquía, etc.
3.- Que estuviera en conformidad con la fe católica
recibida de los Apóstoles.
Al no satisfacer estos criterios, algunos
evangelios atribuidos a los Apóstoles (ej. Ev. de Tomás, Ev. de Pedro) fueron
considerados falsos por la Iglesia y rechazados. Por otra parte, fueron
aceptados libros (ej. Evangelio de San Juan y Apocalipsis) que por largo tiempo
habían sido controversiales por el atractivo que ejercen en grupos sectarios y
milenaristas.
La carta del Papa S. Inocencio I en el 405,
oficialmente recoge el canon ya fijo de 46 libros del A.T. y los 27 del N.T. El
Concilio de Florencia (1442) confirmó una vez más el canon, como lo hizo
también el Concilio de Trento.
A la Biblia Protestante le faltan libros
En el 1534, Martín Lutero tradujo la Biblia al
alemán. Pero rechazó los últimos siete libros del A.T. porque estos
contradecían sus nuevas doctrinas. Por ejemplo, al quitar los libros de
Macabeos, le fue más fácil negar el purgatorio ya que 2 Macabeos 12, 43-46 da
por supuesto que existe una purificación después de la muerte.
Lutero dice que Macabeos no pertenece a la Biblia.
Sin embargo, Hebreos 11,35 (Nuevo Testamento) hace referencia a 2 Macabeos:
"Unos fueron torturados, rehusando la liberación por conseguir una
resurrección mejor". Los únicos en el Antiguo Testamento a quienes se
aplica este pasaje es a los mártires macabeos, que fueron torturados por
conseguir la resurrección (2 Mac. 7:11, 14, 23, 29, 36).
¡Lutero consideró conveniente optar por el canon de
Jamnia que los judíos habían establecido para distanciarse del cristianismo! Lo
prefirió a pesar que le faltaban libros que Jesús, los Apóstoles y la Iglesia
desde el principio habían reconocido. Agrupó los libros que quitó de la Biblia
bajo el título de "apócrifos", señalando: "estos son libros que
no se tienen por iguales a las Sagradas Escrituras y sin embargo son útiles y buenos
para leer".
Lamentablemente Lutero propagó sus errores junto
con su rebelión. Por esa razón a la Biblia Protestante le faltan 7 libros del
AT. Los consideran libros que ellos llaman "apócrifos".
Tobías
Judit
I Macabeos
II Macabeos
Sabiduría
Eclesiástico (también llamado "Sirac")
Baruc
También a los libros de Ester (protocanónico con
partes deuterocanónicas) y Daniel (protocanónico con partes deuterocanónicas)
les quitaron algunas partes
Lutero no solo eliminó libros del Antiguo Testamento,
sino que quiso eliminar algunos del Nuevo Testamento e hizo cambios en el Nuevo
Testamento para adaptarlo a su doctrina.
Martín Lutero había declarado que la persona se
salva sólo por la fe (entendiendo la fe como una declaración legal), sin
necesidad de poner la fe en práctica por medio de obras. Según él todas las
doctrinas deben basarse solo en la Biblia, pero la Biblia según la acomoda e
interpreta él. Por eso llegó incluso a añadir la palabra "solamente"
después de la palabra "justificado" en su traducción alemana de
Romanos 3, 28. También se refirió a la epístola de Santiago como epístola
"de paja" porque esta enseña explícitamente: "Veis que por las
obras se justifica el hombre y no sólo por la fe".
Lutero además se tomó la libertad de separar los
libros del Nuevo Testamento de la siguiente manera:
Libros sobre la obra de Dios para la salvación:
Juan, Romanos, Gálatas, Efesios, I Pedro y I Juan
Otros libros canónicos: Mateo, Marcos, Lucas,
Hechos, el resto de las cartas de Pablo, II Pedro y II de Juan
Los libros no canónicos: Hebreos, Santiago, Judas,
Apocalipsis y libros del Antiguo Testamento.
Gracias a Dios, los protestantes y Evangélicos
tienen los mismos libros que los católicos en el Nuevo Testamento porque no
aceptaron los cambios de Lutero para esta parte del canon. Pero se encuentran
en una posición contradictoria: Reconocen el canon establecido por la Iglesia
Católica para el Nuevo Testamento (los 27 libros que ellos tienen) pero no
reconocen esa misma autoridad para el canon del A.T.
Es interesante notar que la Biblia Gutenberg, la
primera Biblia impresa, es la Biblia latina (Vulgata), por lo tanto, contenía
los 46 libros del canon alejandrino.
El reformador español, Casiodoro de Reina, respetó
el canon católico de la Biblia en su traducción, la cual es considerada una
joya de literatura. Pero luego Cipriano de Valera quitó los deuterocanónicos en
su versión conocida como Reina-Valera.
Los Concilios modernos confirman el Canon
La Iglesia Católica, fiel a la encomienda del Señor
de enseñar la verdad y refutar los errores, definió solemnemente, en el
Concilio de Trento, en el año 1563, el canon del Antiguo Testamento con 46
libros siguiendo la traducción griega que siempre habían utilizado los
cristianos desde el tiempo apostólico. Enseñó que los libros deuterocanónicos
deben ser tratados "con igual devoción y reverencia". Esto fue una
confirmación de lo que la Iglesia siempre enseñó.
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